Intestinos berrean sus lamentos, tras tantas lunas y soles delirando conclusiones
La muerte explosiva coexiste en mi vida, sin enfatizar en los mareos de mis nauseas
Cada paso es un clavo oxidado en la existencia
Odio sentir de mi odio el sentir
Me hormiguea el temor de alfileres por felicidad
Jugar al ahorcado
Paracaidismo sin paracaídas
El beso de escopeta
Las venas que desangran la condenada mortalidad
Aplica aguarrás en las heridas abiertas de tus agrietadas emociones
No quisieras encontrarte a ti mismo en bosque de la agripada melancolía
Solo para descubrir que siempre existieron demonios adentro, muy dentro, adentro
Muy dentro, dentro de ti
En el interior de tu infinito vacío
Los tormentos y sus desdichas alimentaron la hambruna de tus soles y tus lunas
¿Y tus lunas?
¿Y tus soles?
¿Y tus lunas?
¿Y tus soles?
¿Y tus lunas?
¿Y tus soles?
¿Y tus lunas?
De vez en cuando suele envenenarme el olfato el olor de la muerte
El perfume de presagios lapidarios donde los epitafios son nuestras canciones
Una vez cantado el último de nuestros más efímeros suspiros de existencia
Las lágrimas desesperanzadas bailan con los tormentos
Del alma hasta llevarles a la cama
¿Hola? ¿hablo al departamento de vidas que nunca debieron ser vividas?
Quisiera reportar una anomalía en el prospecto de vida que nos condenaron
Quisiera demandar al creador de creadores
Por no edificar una realidad donde yo no exista
Debí quedarme en limbo de no existir donde me alimentaban
Las musas desnudas del confort
Comiendo uvas fermentadas
Sin parpadear mientras admiro múltiples muertes desde la omnipresencia
Quiero ser genocida de todo aquello que respira y presume de vida
Beber té de cianuro todas las mañanas, ve verte de cianuro todas las mañanas
Bébete de cianuro todas las mañanas hasta que vomites tus entrañas
Y despiertas, despiertas, despiertas y vuelves a despertar
Cuanto quisieras, quisieras y quisieras, quisieras, quisieras y quisieras
Nunca volver a tener la desdicha de cada mañana volver a tener que
Beberte el té de cianuro para contrarrestar la existencia no deseada
En un mundo parido por errores
Soy la piedra en el riñón de todos aquellos ojos que han vivenciado mi nombre
Una analogía de vida que atormenta a las pesadillas
Los arboles agitan la respiración cuando mi paso diagonal atenta contra las hojas secas
Cruzo sin ver a los lados en las avenidas esperando que algo tenga impacto
Y ponga un alto en mi vida de garras de felino que araña, la araña que maúlla
Huya lejos de mi presencia apartada de la chimenea de emociones
Que el mundo apaga con su orina
Hace rato vomité los intestinos ya no necesito comida
Solo ojeras que cuelguen sus ganas de vivir en el cortinero de mi mirada
¡De mi mirada!