Desde que te vi
No sé cómo explicarlo
Algo sucedió
Pero así fue
Y no hay por qué negarlo
Tu mirada me fue fiel
Y si somos testigos de que no hay temor
Y tus ojos pintan el color de los míos
Azares del destino
Y mis letras consiguen describirlo todo
Y sin miedo te narro a mi modo
Es la cura, es la cura del corazón
Y el atardecer
Me conduce con matices
Para verte sonreír
Y es que es verdad
Ya estás en mis recuerdos
Y en mis sueños ni hablar
Y si somos testigos de que no hay temor
Y tus ojos pintan el color de los míos
Azares del destino
Porque somos el reflejo de una intención
Que creció sin guerra ni dolor
Porque somos, solo somos tú y yo