No hay más que tú para preguntarle al Sol
Como brilla cada día y nunca pierde el control
No hay más que tú para ver que hay detrás
Abrir la puerta y descubrir que hay algo más
No hay más que tú para cambiar de canción
Cuando el sonido trae pena a tu emoción
No hay más que tú para abrir tus bellas alas
Y emprender el vuelo a la libertad
Y huyes de lo que no conoces
Arde tu mente entre el mañana y el ayer
Y no escuchas más que el ruido
De una voz que habla sin ver
Rompe una luz, un fuego adentro
Que desvanece todo lo que crees
Siéntelo, siéntete, ábrete...
Siéntelo, siéntete, ábrete...
No hay más que tú, fuente de la eternidad
El espejo de la luna que se vuelve a reflejar