Y la noche sola se postraba, con el sol que a paso lento caminaba
Con el vaso de la duda que muchos soñaban, morían por las gotas que sus labios rozaban
Que a los ojos de la lluvia que el río llevaba, un latido sin amor que a Dios le preguntaba
¿Por qué a esta hora de la madrugada? ¿Por qué esos miedos en la almohada?
Un cuervo que enfrente suyo se mostraba, con otra idea que a su mente la engañara
Que al grito fuerte de su alma la engañara, con su pena que deseaba que sanara
Solo una risa escuchaba