Las tres Marionetas Borrachas de Cosas salen junto con sus compinches del mágico bar para llevarle de parte del Duende a la Sombra de María el milagro de la fecundidad. Una sinfonía de marionetas, angelitos de barro cocido, chaplines, murguistas, discepolines gana enloquecida la calle de Buenos Aires, buscando el germen de un hijo para la Sombra de María
Tres marionetas
Chuecas y locas,
Que una violeta en la boca
Me hincaron ayer,
Con un cuchillo en los dientes,
Por el revés
De mis caderas tordillas,
Zurciendo van
Un gran remiendo en flor
De hinojo y de sisal
Ay!..
Flaco y en banda
-tan cadenero!-
Me anda un Jesús chapaleando,
De cuarta, en la voz,
Un canyenguito sobón
Con un compás de punto cruz
Y un dulce barro torcaz
De Cruz del Sur
Que hoy me ha puesto a temblar.
Y un angelito
De terracota,
Tuerto del grito en la rota
Viudez de un pretil,
Mascando el salmo en sanata,
Con un jazmín
Me ató un solcito de leche
Sobre el sutién,
Qué dos espasmos de luz
Tengo atrás de la piel!
Dale María!
Si nueve llantos
Son todo el pardo misterio
Que había que ver.
Qué loco intento de espiga
Que vas a hacer!
Qué dura rama celeste
Te va a crujir!
Dale que está al venir!
Dale que huele bien!
Ay!..
Lai laralaila.
Tengo atorada
Tanta ternura,
Que de una sola ternura
A Dios puedo parir!
Y si es que nadie ya quiere
De mi nacer,
En el rebozo robado
De algún Chaplin,
Entre mis brazos daré
De mamar a un botín!