Calle sin retorno, vacío en el estómago
Sueños rotos, bajo un cielo sin anclaje, crudo prólogo
Frío en los huesos, susurros del viento melancólico
Llantos en las esquinas, sombras bailando en lo lírico
Caretas de sonrisa, almas hechas de cristal
Mundo indiferente, emociones en el umbral
Noche sin un manto, luna huérfana, cruel manual
Corazones congelados por el gélido temporal
Sin hogar, sin paz, batallas constantes
En la jungla de concreto, rostros distantes
Gritan las almas, en silencio expectantes
Pero en un amanecer, las miradas suplicantes
Cartones de almohada, sueños de papel reciclado
Esperanza en el borde, camino empedrado
Luz de faroles, caricias de un pasado abandonado
Miradas perdidas, en el fondo encallado
Pies descalzos
Huellas del sufrimiento
Fuego en el corazón
Escombro del tormento
Ciegas ilusiones
Promesas en el viento
Cuerpos vulnerables
Recuerdos en fragmentos
Sin hogar, sin paz, batallas constantes
En la jungla de concreto, rostros distantes
Gritan las almas, en silencio expectantes
Pero en un amanecer, las miradas suplicantes
Sin hogar, sin paz, batallas constantes
En la jungla de concreto, rostros distantes
Gritan las almas, en silencio expectantes
Esperando un amanecer, las miradas suplicantes
Sin hogar, sin paz, batallas constantes
En la jungla de concreto, rostros distantes
Gritan las almas, en silencio expectantes
Pero en un amanecer, las miradas suplicantes
Cartones de almohada, sueños de papel reciclado
Esperanza en el borde, camino empedrado
Luz de faroles, caricias de un pasado abandonado
Miradas perdidas, en el fondo encallado
Pies descalzos
Huellas del sufrimiento
Fuego en el corazón
Escombro del tormento
Ciegas ilusiones
Promesas en el viento
Cuerpos vulnerables
Recuerdos en fragmentos
Sin hogar, sin paz, batallas constantes
En la jungla de concreto, rostros distantes
Gritan las almas, en silencio expectantes
Pero en un amanecer, las miradas suplicantes
Sin hogar, sin paz, batallas constantes
En la jungla de concreto, rostros distantes
Gritan las almas, en silencio expectantes
Pero en un amanecer, las miradas suplicantes