Alber - Médici Lyrics

Puta, estoy bajando hasta el infierno pa' buscarte
No quiero ni verte, pero ansío tocarte
Venus contra Marte, dejándolo a la suerte
Sueño con tenerte, soy un ladrón de arte

Te veo en todas partes, quieren versionarte
De Marte a la Luna, obras de Julio Verne
De Martes a Lunes, sigo llegando tarde
Negocio por tu carne, parece un club de alterne

Y siente
En tu piel, nuestros miedos son simbiontes
Forman uno solo, pide que lo afronte
Flota en el Danubio, remonta el Aqueronte
Ríos de pecados son mi único horizonte

Rojo fuego, intensidad
Confundo con deber la definición de amar
No me quiere mirar porque tiendo a delirar
Y lo quiero evitar porque empiezo a levitar

Con los pies en la Tierra, la cabeza en otro mar
Yo no sé querer, aunque lo quiero intentar
Para mí temer, es un signo de lealtad
Me tiene que joder, pa' que la pueda admirar

Parezco un gladiador, disfrutan mi sangrar
Cansado de luchar, convivo con las fieras
Arte del dolor, que nos hicieron jurar
Guernica emocional, plumas y calaveras

Es el don
Que nos ha portado Dios
O quizás la maldición, en la canción de otro Aquí sueña la razón, y nos sobra la pasión
Es mi decoración, lágrimas de niños rotos

Llevo una guerra interna
Una pena eterna, mi deidad entre sus piernas
Con el alma yerma, el caos quien la gobierna Despertaste el pánico y ahora no hay quien lo duerma

Las cinco de la mañana, escribiendo con linterna
Apagad la llama, gritan desde la caverna
Somos dolor y gloria, como cuevas en paterna Vamos a hacer historia, de manera sempiterna

Estoy cansado de todo, vamos a perdernos juntos
Y si no me encuentro, por lo menos vemos mundo
Si te soy sincero, es al cielo donde apunto Porque un día entero, para mí son dos segundos

Perdiendo segundos, vivo Tempus Fuji
Niña soy un náufrago, tú las Islas Fiji
Mi cabeza falla, desde el día en que te vi
Estoy cambiando el arte, linaje de los Médici

Si cierro la boca, es porque se me escapa el odio
Te amo y te repudio, dentro del mismo episodio
El bien de mi familia, me preocupa más que el podio
Por eso aquí sigo, hasta que se envene el folio