Volví, porque me llamaron
aquellos que hicieron
ayer mis compases.
Los que me bailaron,
los hombres capaces
de darle a esta criolla
todo el corazón.
Volví, con todas las ganas
de ser la milonga
la musa del pueblo,
que el nombre que llevo,
del pueblo nació.
Con permiso, si me dejan,
con permiso,
no los voy a molestar,
soy milonga
y en cualquier parte que piso
no me gusta estar de más.
Con permiso, si me dejan,
con permiso,
tengo ganas de bailar
y si notan que estoy algo envejecida,
por favor no me lo digan,
que me van a hacer llorar.
Yo sé que todo se pierde,
por eso comprendo
que estoy olvidada
y el que me recuerde
será por tristeza
de verme más vieja
por serme más fiel.
Y yo seguiré fingiendo
que soy la invencible
milonga del pueblo,
hasta que Carriego,
me lleve con él.