Crees que la tienes.
Y sabes? La pierdes.
Se echa para atrás.
El río corrió entre ella y vos.
Y si la adorás, escúchala.
Escúchala, que se echa para atrás.
Se echa para atrás.
Se rebeló, juntando de a poco sus cenizas.
Ni te miró, no. No pudo estar más en la cornisa.
Grita, grita. Se enloquece.
Queda atenta. Algo alerta.
Y cuenta hasta tres.
Un, dos, tres.
Un, dos, tres.
El río corrió entre ella y vos.
Y si la adorás, escúchala.
Escúchala.
Escúchala, que se echa para atrás.
Se echa para atrás.
Se rebeló, juntando de a poco sus cenizas.
Ni te miró, no. No pudo estar más en la cornisa.
La culpa lo dominó y lo llevó a repensar.
Su sonrisa se borró. La vida blanco y negro se quedó.
Crees que la tienes.
Y sabes? La pierdes.
Se echa para atrás.
No entiende, no quiere, no puede, no entiende.
No quiere, no puede, no entiende, no quiere, no.
No, no.
No entiende, no quiere, no puede, no entiende.
No entiende, no puede, no quiere, no entiende, no.
No entiende cómo puede amarte a pesar de tu marte.
De tu marte.
De tu marte.