Puente y murallón...
Bruma en el yuyal...
Filo de la fila de vagones que al pasar
parte a Buenos Aires en dos partes como a un pan...
Todos es irreal.
Puente y murallón.
Todo sin embargo es tan presente...
¡Tan igual!
Y vuelvo a atravesar esta calle otra vez,
la calle donde aún se marchita tu fe...
Y esta el atardecer atado a tu rencor
¡Tan gris de soledad!
que cruza por mi ayer
la angustia matinal
del cristal de tu voz
Vereda del dolor....
Hojarasca sin fin
de un adiós otoáal
donde amar es morir...
¡Sabiendo que fui cruel
un instante fatal!
Sordo paredón...
Turbio ventanal...
Calle que maldicen los viajeros al llegar.
Huella abandonada por los barcos en el mar...
Cielo de carbón.
Lluvia de metal.
Cruz de un corazón que se desangra
en el cordón.