Se levantó un fuerte viento y amaneció la alegría.
Nadie pensó en el momento que el peso de la pobreza su riqueza fuera un día.
ESTOY HABLANDO DE ELLOS.
De los que lloran y ríen.
La plata, el oro, platino
no superan el destello
de algo en sus ojos divino
Hallé en los dos a los guías
de mi emoción desbocada.
Nunca fue su mano fría.
Padres de mi cuento de hadas.
De mi fortuna, cimientos.
De mis inventos, la cuna
Todas sus miradas y una a una,
de la moneda son cruz y cara.
ESTOY HABLANDO DE ELLOS...