Hasta la punta de tu luz, hasta tu grito más feroz, se trepó a la maquina. Es enorme y avanza no ves cómo te come, ni un cachito de cielo para tus soles. Hasta los ojos de mamá viven en la maquina. Hasta tus sueáos de cristal, hasta tu vuelo más audaz, se trepó a la maquina. Y en que temor dejaste que se vaya tu vida y te quedaste frito emparchando las heridas. Hasta tus mocos de campeón viven en la maquina .