Tengo crueles agonías
En mis noches y mis días.
Sos la sombra que vacía
Este estante.
Y mis libros y mis notas,
Mis canciones por las que flotas,
Son el ancla que aísla mis instantes.
Y pensarás qué hago acá,
Que es un juego (que es un juego).
Y me dirás que ya no hay más,
Que murió el fuego.
Tus besos arden, son remaches en mi pecho,
Gatillando en cada trecho,
A este cobarde.
Es una mentira que el tiempo cura todo,
Solo adormece el fondo de mis rimas.
Días...
De mis días...
De mis días...