La vida... La misma vida...
que irá arrugando mi piel,
como se arruga un papel,
me hará olvidarte, querida...
Porque el tiempo, que todo lo cura.
Después de un trago de hiel,
me da un sorbito de miel,
para borrar la amargura.
Y no temas...
No voy a hacerte una escena,
ni intentaré suicidarme,
ni al vino entregarme,
no vale la pena.
¡AY!
La vida... la pura vida...
me irá enseáando a vencer
la tentación de volver
a perdonarte, querida...