En un 17 del 11 lloraban las lágrimas el sollozo vacío del alma
Los tenues rocíos emocionales me empapaban de agudos sentidos
Y el alba... el alba me amanecía con residuos de psicótica muerte profética
Las voces de las voces de mis voces me hacían mirar el ropero, el balcón y los motivos
Y es que he estado despertando de vez en cuando
Por que ya no puedo conciliar el sueño
Sueño de mi sueños que quedaron quebrantados
En viseras de animales muertos en la carretera
Deseando dejar de respirar para así jamás nunca volverme a sofocar
La vida esta sobrevalorada y los humanos son peor de lo sospechaba
Hola y adiós te deseo el peor y más irracional de sufrimientos
Es el ruido que te tiene fantaseando
El último suspiro de alguien que se ha colgado
Estamos emigrando la cordura al terreno del pensamiento hiperrealista
Con dudosa calma, pero segura locura fermentada en rojo amapola
Somos suelos donde siembran sonidos infinitos
Diamantes metafóricos color ultravioleta
Una amenaza violentamente directa a la escucha convencional
Queremos saturar los colores de la enferma realidad
¿Por qué la ciudad está tan callada?
¿Por qué le aterra amplificar el sonido a la máxima potencia?
Estamos enfermos de vibraciones espejos de emociones internas
Destruyamos los museos, las pinturas y el pasado
Enfoquemos la vista en donde nadie nunca haya mirado
Hacia futuro que murió tiempo atrás la muerte del futuro prematuro
Cada despertar se convierte en pesadilla
Y cada pesar nos opaca las salidas
Tu paupérrima presencia no hace sino sabotear la esencia
Somos fruto de árboles prohibidos
Somos alimentos del sonido
Embajadores de un odio indefinido
Menos que polvo para el universo
Somos lágrimas petrificadas del marchito cerezo