Que mala suerte la mía, de haber tropezao contigo, lo a gustito que yo vivía, tu cariáo es mi castigo. Me voy de estos terrenos que ya he renunciaíto primita mía pa toíta la vía, sólo por no escuchar tú nombre, que yo me voy a la morería. Ay, luna que brilla en los mares, en los mares oscuros, luna, tú no estás cansá de girar el mismo mundo, ay, luna quédate conmigo, ya no te vayas, porque dicen que a veces se tarda el alba. Camino de Pozo Blanco había una tabernita con vino blanco. Échame otro buchito, vengo najando, no ha catao ná. Después me nació un clavel pa alegrarme a mí los días, y ahora que tengo a los tres, que maravilla la mía. Que en el jardín de mi casa nunca falte la alegría. Ya no cantes cigarra, apaga tu sonsonete, que llevo una pena en el alma, que como un puáal se me mete sabiendo que cuando canto suspirando va mi suerte. Bajo la sombra de un árbol y al compás de mi guitarra canto alegre este huapango, porque la vía se acaba y no quiero morir soáando, ay, como muere la cigarra. Ábreme la puerta que vengo najando, y los gachés, primita de mi alma, sí a mí me ven me la van buscando. La vida, la vida, la vida es, es un contratiempo, la vida, la vida es. Ay la vida es, la vida es