En las cumbres de un verde mezquite, tristemente cantaba un jilguero, y decía en sus cantares tan tristes, como daáa un amor traicionero. Por lo poco que pude entenderle, son sus penas iguales que las mías, porque yo que sí supe quererte, sin pensar en que me olvidarías. Vuelve, vuelve, bien de mi vida, mira que sufro por tu abandono, vuelve, vuelve, prenda querida, por lo pasado yo te perdono. ----- Esperándo que vuelvas conmigo, yo vendré cada noche de luna, aunque sea tú querer mí castigo, o de plano me mande a la tumba. Vuelve, vuelve, bien de mi vida, mira que sufro por tu abandono, vuelve, vuelve, prenda querida, por lo pasado yo te perdono.