Escondidos a oscuras en su portal, susurrando obscenidades, qué felicidad, como una aurora fantasmal, como gotas de rocío sobre un cristal. Aúm oigo su voz congelada en el aire, su aliento en el auricular, su voz congelada en el aire, su voz congelada en el aire. Ella me colgó el teléfono y me ahorqué con él, ella me dejó y se fue buscando no sé qué, su lengua quemaba como la miel, su navaja de barbero dibujó en mi piel. Z aún oigo su voz congelada en el aire, su aliento en el auricular, su voz congelada en el aire, su voz congelada en el aire. Ahora ensancho mis paredes para no escuchar, me sumerjo en mi silencio de pez abisal, en mi baáera particular, soy un topo sin cerebro, soy un animal. Y aún oigo su voz congelada en el aire, su aliento en el auricular, su voz congelada en el aire, su voz congelada en el aire. Removiendo mi bazofia me entretengo yo, levantando cada piedra encuentro un escorpión, a ella le abrí mi corazón, pero estaba tan podrido que eso la asustó. Y aún oigo su voz congelada en el aire, su aliento en el auricular, su voz congelada en el aire, su voz congelada en el aire.