Ahí mismo supe que eras mía
Cuando, frente a tu casa
Dijimos un breve adiós
Y, envuelta en la brisa azul
Te quedaste despidiendo
Y mil canciones quisiera escribir
Pero el tiempo nos evade
Que cada abrazo dure más
Mucho más, mucho más
Que el tiempo que yo esté lejos
Rodeada de mariposas
Apareces en mi alma
Guirnaldas de luz se extienden
Desde tu corazón
Hasta mi plano de sueños
Y hace dos mil generaciones
Soñaban con noches moradas
Entre las cuales te acurrucas
Con la eterna belleza
De un verano pasajero