Cuando Cupido mordió el cordón
Supo que, al fin, sus alas caían.
Se fue en picada su bendición
Y despertó en el medio del humo.
Siempre habrá algún escenario que estrenar,
Un presagio encantador en sus mejillas.
Cuando la mierda la salpicó
Vio que, esta vez, fue mierda y no barro.
Siempre dispuesta a seguir a pie
Desensilló el relámpago loco.
Pronto habrá otras cicatrices que cerrar,
Otras dulces cicatrices que cerrar.
Descubrir que hay vida en otros besos,
Caminar y poner en cada huella el peso.
Fermentar la virtud, convertirse en camino,
Volver a ser eso que pasa entre la uva y el vino.
Después del viento (del vendaval)
Llega por fin la calma esperada.
Acordes tiernos y lágrimas
Que soplen toda nube del cielo.
No será la última vez que este dolor
Volverá para cerrar nuestras heridas.