No lo nombren, no lo nombren
No lo nombren, ¡no lo nombren no!
No, no lo nombren, no lo nombren
No, no lo nombren ¡no lo nombren no!
Toqué madera y que mente influí
Miren quien se cerca, miren quien viene ahí
¡Es él! El yeta, que agita mis peros
El que todos dicen que es un pájaro de mal agüero
Su presencia arruina cualquier celebración
Y siempre al invocarlo, una desgracia sucedió
Dicen que es así
Que así fue y será
Y que atrae desastres como si fuera un imán
(Uh, uh uh uhuh)
Que no nos vea y que no nos toque
(Uh, uh uh uhuh)
Que a nadie se le ocurra saludar
(Uh, uh uh uhuh)
No vayan a gritar su nombre
Porque llama la fatalidad
No lo nombren, no lo nombren
No lo nombren, ¡no lo nombren no!
No, no lo nombren, no lo nombren
No, no lo nombren ¡no lo nombren no!
Todo lo que toca, lo hecha a perder
Igual que el Rey Midas, pero al revés
¡Fue él! Lo acusan cuando pasa algo grave
Pero lo cierto es que en verdad, nadie sabe si él sabe
Cuando su fama comenzó como el rumor, se propagó
Quién fue el primero que lo estigmatizó
Porque una vez marcado siempre lo señalarán
Quien se hace piedra, piedra morirá
(Uh, uh uh uhuh)
Toda la vida cargará ese peso
(Uh, uh uh uhuh)
Y ese peso acabará con él
(Uh, uh uh uhuh)
Y un poco en broma, un poco enserio
Será el blanco de una risa cruel
No lo nombren, no lo nombren
No lo nombren, ¡no lo nombren no!
No, no lo nombren, no lo nombren
No, no lo nombren ¡no lo nombren no!
No tiene explicación, es anti racional
Como en la inquisición, cazando brujas por cazar
¿Y, quién dice que no? De uno no se va también
Sin justificación, no hay nada que temer
Y escondemos en un saco roto
La cobardía de no aceptar
Cargándole la culpa a otros, de las cosas que nos salen mal
No lo nombren, no lo nombren
No lo nombren, ¡no lo nombren no!
No, no lo nombren, no lo nombren
No, no lo nombren ¡no lo nombren no!