Delirando por la ciudad vieja había una vieja medio muerta acostada en el zaguán. Vi que me miraba y su mirada trastornada, trastornaba lo que había en el lugar. Vi que no podía dejar de mirar a la vieja que estaba acostada en el zaguán. Comprobé que no sabía si era yo realmente el que miraba a la vieja del zaguán. O si era la vieja que era yo que me miraba acostado en el zaguán. Empecé a sentir en mis riáones el dolor los escalones duros del zaguán. Vi que mi persona frente a mi estaba parada, me encontré acostado en el zaguán. Vi que en vez de hablar yo balbuceaba estupideces vi que de la cabeza andaba mal. Vi que el que era yo se daba vuelta y me dejaba transformado en la vieja del zaguán.