Te irás para no ver, huyendo sin sentir
Como una herida
De una juventud umbría y fatal
Flores cubiertas de sal
Para no ver te irás, por no escuchar su voz
Temidos reproches que turban la noche
Fantasmas añejos volviendo otra vez
Pesares que cruzan los mares
Océanos de tiempo profundos de gris
Naufragios de amantes en pena
La absurda condena de no ser feliz
Desvíos que son desvaríos
De un río que busca a su cauce volver
Viviendo en mañanas y ayeres
Olvidar presentes te hará padecer
La culpa que lleva al olvido,
De lo que fui un día y ya no seré