Quién iba a pensar que el viejo
Cuando estaba joven era un sanguinario
Mataba, enterraba, mochaba cabezas
No había poder suficiente
Ni ley en el mundo que lo detuviera
Vivía en la casa de piedra
Allá en la rumorosa cercas de Tijuana
Donde torturaba, las tripas sacaba
A todos sus enemigos
Les sembraba el miedo así lo respetaban
Montado en un cuaco blanco
Bajaba del cerro buscando mujeres
Robaba los bancos pa' darse placeres
Ranchero y mal encachado
Se terciaba un rifle, también un machete
Aborrecía al gobierno
Porque le mataron a su único hermano
Cuando estaba plebe arreando el ganado
Por eso a los federales
Mataba con saña en honor a su hermano
Un hombre fuerte y valiente
Con huellas de guerra por todo su cuerpo
La muerte en la sangre, carácter violento
Que arremangó a federales
Rurales y guachos en aquellos tiempos
Ahora vive en Culiacán
Ya no anda en el cuaco, trae una Cheyenne
Una super del .11 pal que se atraviese
Y aunque pasaron los años
Y el viejo este viejo aun se defiende