Enkisoul - Promesa Eterna Lyrics

Hoy comienza un camino que jamás tendrá final
Tu mirada es mi refugio, mi destino es tu lugar
Cada paso que demos será siempre con amor
Eres todo lo que sueño, mi razón y mi valor
Eres mi siempre, mi ahora, mi fe y mi mañana
La luz que ilumina mi alma en cada madrugada
Juntos construimos un mundo donde solo hay verdad
Hoy prometo amarte siempre, por toda la eternidad
En tu voz encuentro paz, en tu risa mi esperanza
Eres mi hogar en la tormenta, la vida que me alcanza
Desde hoy somos uno, dos almas en un sol
Y este amor que nos une jamás perderá su color
Eres mi siempre, mi ahora, mi fe y mi mañana
La luz que ilumina mi alma en cada madrugada
Juntos construimos un mundo donde solo hay verdad
Hoy prometo amarte siempre, por toda la eternidad
Eres mi siempre, mi ahora, mi fe y mi mañana
La luz que ilumina mi alma en cada madrugada
Juntos construimos un mundo donde solo hay verdad
Hoy prometo amarte siempre, por toda la eternidad
En tu voz encuentro paz, en tu risa mi esperanza
Eres mi hogar en la tormenta, la vida que me alcanza
Desde hoy somos uno, dos almas en un sol
Y este amor que nos une jamás perderá su color
Eres mi siempre, mi ahora, mi fe y mi mañana
La luz que ilumina mi alma en cada madrugada
Juntos construimos un mundo donde solo hay verdad
Por toda la eternidad
Aunque llegue el invierno y el tiempo quiera cambiar
Seré el fuego que te abraza, tu estrella en la oscuridad
Nada puede separarnos, ni la vida ni el dolor
Eres mi promesa eterna, mi más profundo amor
Eres mi siempre, mi ahora, mi fe y mi mañana
La luz que ilumina mi alma en cada madrugada
Juntos construimos un mundo donde solo hay verdad
Por toda la eternidad
Y cuando miremos atrás, este día brillará
El comienzo de una historia que nunca terminará
Caminemos juntos siempre, tomados de la mano
Somos más que dos corazones, somos un destino humano
Hoy te digo que te amo, que mi vida es para ti
Eres mi sueño cumplido, mi razón para vivir
Y ante todos hoy declaro, con mi alma en verdad
Que este amor será por siempre, nuestra eterna realidad