Mir por costumbre,
lo que me rodeaba.
Corr a la maana,
frente a la ventana.
Me enfrente a lo mismo,
con la misma irrealidad.
Tome la maana,
como un sol sin ms.
Me asom a la tarde,
y la mir pasando.
Jug en la ventana,
y visit mi cuarto.
Las motas de polvo,
flotaban contra el cristal,
su alumbrada y dulce lluvia residual.
Me llam la noche,
con su cpula estrellada.
Brillaba un cuarto menguante,
donde no ha sumado nada.
Me mira desde su brillo,
yo la miro de mi cama,
me contempla y le contemplo,
radiante, limpia y callada,
no me pide recordarte a ti,
ya no haces falta.
Mira no soy la cancin de amor,
cuando ms soy la palabra.