Almitas torturadas, pobres esclavas blancas
Del tango y la milonga,
Mujeres infecundas, autómatas del vicio
Sin alma y sin amor.
No sé por qué esta noche reflejan tus pupilas
La pena que te mata,
Y en cada carcajada, yo sé, pobre milonga
Solloza el corazón.