América no estaba sola
estaba el hombre Inca
estaba el hombre Maya, el Azteca
laborando la esperanza
en el canto del maáana.
Y Chile no estaba solo
estaba el Huolliche
estaba Lican-antay, el Mapuche
laborando la esperanza
en el canto del maáana.
Aquí va tu tiempo
el nuestro
entrando cual vendaval
y vienen las sangres muy juntas
el grito se hace cantar
mientras más largo el camino
más lento se hace el andar.
No esperemos la esperanza
que no sabe caminar
unamos todas las manos
juntemos toda la sangre
para llegar al final