El amanecer pareciera nunca llegar
Ingrata sea mi suerte, ya no sé ni qué pensar
Veo a la bestia frente a mí, sin rastro de piedad
Los sabemos: ya no queda opción más que atacar
Mantícora, la forma que mi horror quiso tomar, yace ensangrentada tras la herida tan mortal
Solo uno de los dos quedó vivo al final, y es mi reflejo el único que esconde la verdad
Veo mis manos escurriendo liquido vital
De esta historia ya no queda mucho que contar
Triste realidad el ciclo vuelve a comenzar: despierto sin luz a media noche una vez más