Olvido para el dolor
mi pensamiento oscurece,
noche amarga para el hijo
que sin madre le amanece.
Vida que se marchitó
de soledad y pesares,
de su infinita tristeza
le brotaban los cantares.
Cuando se apagó tu llama
no estuve cerca de ti.
Otros ojos te miraron,
no hay consuelo para mí.
Canción de cuna en la tarde
voy a cantarle a mi niáa.
Con ella paso el dolor
que nos dejó tu partida.
Nunca la paz han de hallar
los hijos que en su arrogancia
no riegan junto a su madre
el árbol de la esperanza.