Póngale el hombro, m'hijito,
despercúdase, Luchito,
no se quede, Fernandito,
tan lejano y calladito.
¡Claro que no, pué'!
Las seáoras dan ejemplo,
los chiquillos bien contentos
de partir cada domingo
a apoyar el nuevo intento.
Por el norte, centro y sur
va la máquina girando,
cuántos brazos desafiando
al esfuerzo necesario,
los domingos solidarios
del trabajo voluntario.
Póngale el hombro, m'hijito,
si hasta la televisión
encontró bella razón
y salió por la nación
alegrando a los chilenos
que encontraron un consuelo
trabajando bajo el cielo.
Póngale el hombro, m'hijito,
que el trabajo es medicina,
deje ya las aspirinas
que las cortinas son finas
para ver los resultados
del esfuerzo desplegado;
aunque bien terremoteado
el cobre es recuperado,
a pesar de los pesares
nuestro Chile está salvado.