(El poema está datado en 1582)
Mozuelas, las de mi barrio,
loquillas y confiadas,
mirad no os engaáe el tiempo,
la edad y la confianza.
No os dejéis lisonjear
de la juventud lozana,
porque de caducas flores
teje el tiempo sus guirnaldas.
Que se nos va la pascua, mozas,
que se nos va la pascua.
Yo sé de una buena vieja
que fue un tiempo rubia y zarca,
y que al presente le cuesta
harto caro el ver su cara,
porque su bruáida frente
y sus mejillas se hallan
más que roquete de obispo
encogidas y arrugadas.
Y sé de otra buena vieja,
que un diente que le quedaba
se lo dejó este otro día
sepultado en unas natas,
y con lágrimas le dice:
Diente mío de mi alma,
yo sé cuando fuiste perla,
aunque ahora no sois nada.
Por eso, mozuelas locas,
antes que la edad avara*
al rubio cabello de oro
convierta en luciente plata.
* Isabel Parra canta acaba