Cuando la noche pasea más allá de mi pretil yo puedo ver para afuera sin que me veas a mí. Yo puedo ver la luz, yo puedo ver tu piel, yo puedo ver tu ropa caer. Yo puedo adivinar la nube de vapor que tiene el aire a tu alrededor. Yo tengo un vicio barato y antes que nada, legal, gozo del anonimato que me da la oscuridad. Y no voy a interferir con tu respiración no voy a entrar en tu corazón, no te quiero tocar, no te puedo querer, yo te diré lo que quiero ser: tu voyeur. Tu voyeur, tu voyeur, tu voyeur... Ya me aprendí tus horarios y el orden de tu placard. Ya te crucé por el barrio, no pude más que recordar (mirándote al espejo, la toalla en el sofá, peinándote con tranquilidad sin sospechar que yo del otro lado de la calle estaba muriéndome). Cuando la noche pasea más allá de mi pretil yo puedo ver para afuera sin que me veas a mí. Yo soy tu voyeur, tu voyeur, tu voyeur...