Otoño, el viento revuelve las horas
Que tristes están para ti
Protege su alma, ángel de la guarda
Dulce compañía
He pensado en que podrías pensar
He mirado el cielo que añoras
Mañanas, temprana caricia de ausencia
Que frías están para ti y para mí
Devuelve su calma piedad de las almas
Perdida, añorada y senil
He viajado al mundo que lloras
He llorado el mundo que viajas