No dejes que el frío mar lastime restos de libertad. Yo sé que el viento recitará un himno al borde de la maldad. Iluminar el fondo de nuestro mar donde descansa toda la verdad. Respiraré diez aáos de sangre y sal sobre los restos del joven rosal. Levantaré mil anclas de gris metal, Montevideo quiere respirar. Escucharé gaviotas que gritarán versos de un pueblo milonga de mar.