Tu voz recuerda al gorrión, mezcla de vuelo y herida. Pájaro errante que va, poesía de tarde fría. Rayuela de soledad sobre baldosas partidas. Perfume gris de esperar que vuela por nuestras vidas. Silbando quise encontrarte y busqué en los patios del alma, ahogando miedos te ví en tu silencio y tu calma. Vuela de ese patio inmundo donde todo es humedad, afuera hay un vientre urbano, hay un pulso en la ciudad. Sin viento, cielo ni mar, duermes en patios del alma. Ansia de olvido serás en tu silencio y tu calma. Deja el patio y el silencio que presagia el temporal, deja el patio de inmigrantes que afuera hay olor a mar.