Snap y Pop viajan por mi vaso de leche. Su amiga tiene la piel tan blanca que transparenta sus venas, sus venas. Ellos pueden bucear siempre por ellas podrían ahogarse en ellas, en ellas. Y mi cabeza se empeña en hacerme recordar lo mal que lo hice todo ayer. Snap y Pop han dejado ya de hablar no dicen nada o no oigo nada. Nunca he querido construir nada que sepa que va a acabarse por romper. Como no puedo pensar igual que ayer hoy he pensado en dejar de pensar y no pensar. Porque esta mañana todas las piezas están encima de la mesa y yo sé que encajan unas con otras. Pero como no sé bien por dónde empezar hoy he pensado en dejarlo estar y no empezar, y no empezar...