Sé que, de fijo, un día
Regresaré a mi tierra
que tanto encanto encierra
para las ansias del corazón.
Y han de arrullarme entonces,
floridas y galanas,
las noches tucumanas...
Zambas de luna, rondas de amor.
Cuántos cariáos viejos
se van con este cantar,
y besan desde lejos
las dulces noches de Tucumán...
Sueáo volver un día
donde quedó a mi espera
la que en las zafras era Flor de las caáas,
novia del sol.
Para ver que despliegue la noche tibia
y grata su gran poncho de plata
Tinto de coplas en su balcón...
Y estoy siempre esperando
volver a mi viejo hogar,
porque me están llamando
las dulces noches de Tucumán...