Todas las mañanas sale a correr
Baja por el parque sur
Deja a sus hijos frente a la estación
Y espera que suban al tren
Historia mundana, la castiga el tiempo
Y el suburbio crece más
Ya no es muy seguro andar
Tentando al diablo
Lleva un arma por si acaso
La mujer, la mujer maravilla
Vuelve al mediodía, cansada y aturdida
Tampoco hay tanto por hacer
No tiene trabajo aunque
Lo está buscando
Como cualquier desocupado
Inconscientemente yo me acerqué
Y con su arma me apuntó
Frío como nieve levanté mis manos
Podría ella haberme matado