Esta guitarra sonora, lleva en su caja guardada
Un montón de trasnochadas y de rojizas auroras,
Conoce tantas historias que mi pecho le ha contao
Y nunca me ha abandonao, por dondequiera que fui...
Yo nunca le devolví, todo lo que ella me ha dao.
Sos de muy buena madera, de la mejor, la más pura
Y te hicieron las junturas, como niña quinceañera,
Tenés como cabellera, seis cuerdas que son vibrantes
Y te hace tan arrogante, tu amainado diapasón...
Que acaricio con fervor, tu cuerpo tan elegante.
Tu boca es el corazón, por donde se afinan las notas
Y a veces parecen gotas, de llanto en el diapasón,
Salen de tu corazón, con infinita ternura
Empapadas de dulzura, cual si estuvieras penando...
Si a veces se me figura que vas cantando y llorando.
Yo siempre te pedí tanto, nunca me has negado nada
Siempre dulce y afinada acompañando mi canto,
Por eso mi voz levanto, aunque un poco emocionada
Por devolver las gauchadas que algunas veces me hiciste...
Dondequiera que estuviste, mi compañera del alma.
No sé si es buena o es mala, la noticia que hoy te acerco
Te imaginás lo que siento, aquí muy dentro del alma,
Por más que te lo ocultaba, hoy se llegó la ocasión
De que te pida perdón, mi compañera de farras...
Mi hijo quiere ser cantor y te he regalao... guitarra...