La suerte de mi compadre
no la quisiera tener:
trabajando el aáo entero
y no tiene que comer.
Trabaja como maestro,
le pagan como oficial,
semana de cinco días
no le alcanza para el pan.
Mi compadre es carpintero,
albaáil y enfierrador,
con tanta sabiduría
nunca le ha salido el sol.
Cinco bocas que le gritan
un hambre de norte a sur,
cinco caminos cortados
que no encontrarán la luz.
Cinco paáuelos quisiera
para llorar cinco noches,
cinco palabras no sirven
para calmar sus dolores.