Muáeca de trapo
o de porcelana,
todas son hermosas
como la maáana.
La muáeca encierra
dentro de su pecho
un corazón de oro,
aserrín de afrecho.
Leche con naranja no le puede dar
cuando se despierte, dolor sentirá,
será la guatita, será el corazón,
voy a darle menta
o friegas de alcohol.
La abuelita dice
que en los tiempos de antes
le daban jazmines
y agua de diamante.
Siempre que se enferma
con mis alimentos
no la dejo en cama,
me la llevo al centro.
Le muestro paisajes
con niáitas feas
y pasan sus males
y se van mis penas.