Cuando las musas ya se van,
Las puertas de los sueños se abren en par
Castillos y gigantes, rosas blancas
De cristal que anuncia un duelo triste y certero.
Para que tanto respirar,
Si el aire ya no lleva libertad
Con la incierta absoluta que alimentan
Nuestras vidas de pereza, fácil belleza.
Palabras que no han de sumar,
Cosas triviales al azar
Risas constantes
Sobre como deberíamos cantar
Una caída a media voz,
Luces que apagan la atención
Muralla eterna que aniquila
Simplemente tu razón.
Pido permiso capitán,
Tú eres el que ordena la verdad
No piensas que mi música merece
Formar parte de tu cena, falsa propuesta.
A ver si escuchas de una vez,
Aprende que no estoy a tu merced
La miel no se hizo para absurdos que no ven
Allá de sus narices, siempre felices.