Acaso te llamaras solamente María...
No sé si eras el eco de una vieja canción,
Pero hace mucho, mucho, fuiste hondamente mía
Sobre un paisaje triste, desmayado de amor...
El otoño te trajo, mojando de agonía
Tu sombrerito pobre y el tapado marrón,
Eras como la calle de la melancolía
Que llovía... llovía, sobre mi corazón...
María...
En las sombras de mi pieza
Es tu paso el que regresa...
María...
Y es tu voz, pequeña y triste
La del día en que dijiste:
Ya no hay nada entre los dos...
María...
La más mía... la lejana...
Si volvieras otra mañana
Por las calles del adiós...
Tus ojos eran puertos que guardaban ausentes
Su horizonte de sueños y un silencio de flor,
Pero tus manos buenas, regresaban presentes
Para curar mi fiebre, desteñidas de amor...
Un otoño te trajo... Tu nombre era María,
Y nunca supe nada de tu rumbo infeliz,
Si eras como el paisaje de la melancolía
Que llovía... llovía, sobre la calle gris...