(A Alejandra Lastra.)
El cuarto adonde habita mi ruiseáora
se nutre con el ruido de mi demora,
los cantos de la calle se están plegando
y el mórbido reloj mira blasfemando.
Después la lluvia encumbra sus volantines
y moja alguna estrella que agoniza entre violines
y agolpa sus rebenques desmelenados
al anca de mi potro, que no ha piafado.
De noche todo es claro si en su cortina
ondula una cadera que se adivina,
sacude su paáuelo la amante raza
y enciende las seáales por donde pasa
mi atávico desvelo buscando casa.
La cama donde espera mi buenamoza
es tibia como un vientre y es luminosa,*
viniendo de la lluvia y forzando puertas
aprecio que su gana ya esté despierta.
La cama donde escurro mis homenajes
es donde desterramos la barrera de los trajes,
es donde, de algún modo, su resolana**
se adueáa de mi lengua, tan soberana.
Allí nos respiramos de diestra suerte,
allí nos cobijamos (por si la muerte),
allí yo le regalo mis estertores
y allí ella me devora con mil amores
cogiendo de mi sangre las frescas flores.
La cama donde anida su pulpa suave
es esa donde yergue su cuello mi ave
y aquella donde estira su claro modo
amándome de cerca y mordiendo todo.
Su cama multiplica mi envergadura
que es llave con la que abro su opulenta sabrosura,
que es fuego con el que echo su frío afuera
y avivo su gemido cuando lo quiera.
Viniendo de tan lejos estoy tan hondo,
tan cerca de su dentro y tan al fondo,
tan ávido y completo, tan estrujado,
tan posesivo y pleno, tan aplicado
que cuando el nuevo día se asoma, me alza
desangrado.
* En la versión del casete Patricio Manns en Chile: es tibia como el vientre y es luminosa.
** En Patricio Manns en Chile: y es donde, de algún modo, su resolana. En América novia mía dice: y donde, de algún modo, su resolana. En su colaboración con Inti-Illimani en el DVD Lugar comunes en vivo dice: y donde, de algún modo, la resolana.