(Soneto)
Se sueáa en tales casos con la ría
de miel que escurre el pecho del estío.
Distante está como una alegoría
mas no por eso el sueáo es menos mío.
Mas no por eso la emoción no alío
a aquel otro verano, en otro día,
cuando el sol despegaba de los fríos
peáones, y el mar rojo se fundía.
Este querer cobrarnos la revancha
por tanta vida inútilmente obrada,
bajo las botas lóbregas del lodo.
La sed de recobrar se nos ensancha
mas la memoria está desamparada
y lentamente nos naufraga todo.