Hoy llamaré triste a su puerta,
Señora, usted comprenderá,
Que está jugando con un niño:
Sus treinta años, mis dieciséis...
Salpíqueme con su sonrisa,
Envuélvame con su soñar,
Tomé cariño a sus caricias,
Y no lo acepta la humanidad...
Olvídeme...
No llore cuando al despertar,
Su cama sola encontrará;
Ya no estará mi piel.
Usted ya ve,
Si al tiempo pudiera coger
Y a usted darle sus dieciséis,
La gente no hablaría más de usted...
No me detenga en mis palabras,
Usted me sabe convencer;
Me siento débil en sus brazos,
Estoy llorando, usted ya ve...
Olvídeme...
No llore cuando al despertar,
Su cama sola encontrará;
Ya no estará mi piel.
Usted ya ve,
Si al tiempo pudiera coger
Y a usted darle sus dieciséis,
La gente no hablaría más de usted...
Usted ya ve,
Si al tiempo pudiera coger
Y a usted darle sus dieciséis,
La gente no hablaría más de usted...
No hablarían de usted