SOLEDAD MONTOYERA Marcelino Román/ Miguel Martínez
Veo al monte juntar sombra
Mientras pesco en un ramblón
Un domingo de los peores,
Solito mi corazón.
El perro ha venido a echarse
Aburrido, como yo.
Atado cerca en un limpio
Pastea mi mancarrón.
Como a una vara del agua
Vuela el martín pescador,
Mientras aguaita el momento
De pegar un zambullón.
Medio como descontento
Vine a dar a este rincón.
Ya ni me gusta echar humo:
Masco el tabaco, mejor.
Sin divertir la persona
Y sin novia, que es lo peor.
Con veinte pesos mensuales,
Como para novia estoy.
Uno es peón de campo, claro;
Es carrero, es arador;
Es tropero en ocasiones
Y de a ratos domador.
Sabe trabajos de monte,
De guascas y de galpón;
Sabe remediarse en todo,
Pero siempre anda pobrón.
Me pongo a escuchar las aves
Y del vacaje el rumor.
No me interesa el anzuelo:
Hay puro descarnador.
Grita porfiado el carau,
Y el carancho alza la voz
Y sigue el protestadero
Como viejo rezongón.
Raya el aire atardecido
Del bañado el rayador.
La gallineta de lejos
Manda su grito burlón.
Hablo al perro. Monto el bayo.
El domingo terminó.
Mañana será otro día.
Solito mi corazón.