Fuego en tus papeles
Reflejo en tus ojos
Pupilas que no se dilatan
Tu boca no dice, sino un suspiro
Y tus letras y palabras
Se pierden en lo que fue nuestra lengua
Sueño con la noche, con caminos sin luz
Y unas piernas huérfanas en senderos sigilosos
Que buscan un camino de vuelta
Pero no encuentran nada
Sólo unos papeles en blanco
Y unos versos sin terminar
Luego el fuego llega
Y el resto es historia
¿La conoces?
Todo se deshace, todo se destruye
La lumbre consume
Cada suspiro, cada esperanza
No quedamos, sino nosotros
Los restos viven en el viento
Pasean entre los ecos de nuestra memoria
Pero ya ni eso tengo
No quedo, sino yo
Cifrando entre estas palabras un por qué
Y, ¿qué somos?
Solo dos rostros cuyos ojos
Se inicineran frente a la braza
En la lejanía
En el pasado
En el futuro
En la cercanía
En lo que fue
En lo que hubo
Las letras y los versos rebuscan tu nombre
Pero no hay respuesta
Todo se desvanece y mi voz se vuelve solo un eco
Busco tu lengua, tu cuello, tu cuerpo
Entre las migajas de estos versos
A través de estos trazos con esta boca
Busco tu rostro, tus labios
Entre cada espiral de viento
A través de cada memoria fracturada
Por qué sé qué estás ahí al igual que yo
Buscando entre las cenizas
Un camino a casa