Humildemente tú, mujer
Mira, cómo pasa la vida,
cómo pasa el amor,
envejeciendo nuestras ilusiones.
Ciego, pasan ciegos los días;
barca sin timón,
agonizando en nuestros corazones.
Y tú pequeáo grano de trigo,
elaborando el sol,
el agua y el amor.
Humildemente tú,
que has aprendido
a ser mujer...
Ciencia, que te da paciencia,
de vivir así,
amándome como el primer día.
Vuela, que la vida no espera,
y aún calienta el sol;
la calle aguarda por tu primavera.
Así sabrás que soy uno de tantos.
Prueba tu libertad, aún puedes empezar,
yo ya no puedo más; aquí quedó mi corazón.